Aumentan los fraudes con tarjetas de débito
El fraude con las tarjetas de débito viene creciendo en sus dos modalidades posibles, tanto para extraer plata del cajero como consumir en comercios.
La principal medida que están tomando los bancos para combatir los fraude, es cambiar su parque de tarjetas con bandas magnéticas por otras con chip, que tienen mayor nivel de seguridad y son menos replicables.
Además del chip, los bancos también están tomando otras medidas de seguridad complementarias con las tarjetas. Hacen recomendaciones constantes de seguridad a los clientes, por ejemplo, a través de e-mails, sobre cómo evitar fraudes. Por ejemplo, recomiendan no perder de vista la tarjeta al momento de pagar en algún comercio, memorizar siempre el PIN y cambiarlo constantemente, informar inmediatamente al banco si la tarjeta fue retenida por un cajero, y nunca dar los números de tarjeta ni credenciales si fueran solicitadas por e-mail o mensaje.
En los últimos dos años, el nivel de fraude aumentó con las tarjetas de débito, pero se mantuvo estable con las de crédito.
Según explicaron desde varias entidades, los fraudes más comunes con las tarjetas de débito y crédito son los siguientes:
1) El “phishing”, en donde alguien crea páginas web falsas para hacer ingresar los datos de la tarjeta mediante algún engaño, como que se debe “revalidar” el plástico para que no sea bloqueado.
2) Páginas de e-commerce dudosas que piden datos de la tarjeta.
3) Copia de la banda magnética con un lector cuando el usuario pierde de vista la tarjeta, por ejemplo al darla en un restaurante o una estación de servicio.
4) El “skimming”, que consiste en copiar los datos de la tarjeta a través de dispositivos instalados en los cajeros y las puertas de los bancos. En estos casos, se pone un lector de banda en la puerta o ranura del ATM, acompañado además a veces de una cámara para espiar la clave tipeada o directamente un teclado falso.
En los primeros dos casos, cuando el delincuente obtiene los datos vía web gasta lo más posible en otros sitios online.
Y en los otros dos casos, cuando se copia la banda magnética, el estafador puede salir a hacer compras rápidamente en varios comercios, ir a otro cajero para sacar el máximo dinero posible (según el límite), o esperar entre 15 y 20 días para intentar alguna de las operaciones anteriores, con la intención de perder un poco el rastro.
La principal medida que están tomando los bancos para combatir los fraude, es cambiar su parque de tarjetas con bandas magnéticas por otras con chip, que tienen mayor nivel de seguridad y son menos replicables.
Además, el impulso del chip viene también de una reciente normativa del Banco Central sobre “seguridad en canales electrónicos”, donde aseguran que las tarjetas con banda magnética podrán tener una vida máxima de tres años y las que tengan chip entre 5 y 10 años, según su tecnología.
Por otra parte, Visa y Mastercard sacaron una normativa internacional donde establece que quien no se modernice deberá hacerse cargo del fraude: es decir, si un banco implementó el chip pero el comercio no, éste último responderá ante el cliente, y viceversa. Por eso, ya se está viendo una modernización en los comercios, sobre todo en aquellos con mucha afluencia de turistas extranjeros.
Además del chip, los bancos también están tomando otras medidas de seguridad complementarias con las tarjetas. Hacen recomendaciones constantes de seguridad a los clientes, por ejemplo, a través de e-mails, sobre cómo evitar fraudes. Por ejemplo, recomiendan no perder de vista la tarjeta al momento de pagar en algún comercio, memorizar siempre el PIN y cambiarlo constantemente, informar inmediatamente al banco si la tarjeta fue retenida por un cajero, y nunca dar los números de tarjeta ni credenciales si fueran solicitadas por e-mail o mensaje.
Más allá de esto, los bancos mantienen siempre en reserva fondos para responder inmediatamente por los fraudes, incluso si no hubo negligencia alguna de la entidad. “Es una pérdida que el banco asume, ya que es fácilmente rastreable saber si el cliente de verdad tuvo un fraude o no”, dijeron desde una entidad.
El banco solamente puede tardar un poco más en responder ante un fraude con tarjeta de crédito, ya que debe determinar si le corresponde asumir la pérdida a él o al comercio. “Hay reglas que dicen cuándo paga el comercio y cuando el banco. Y si éste último no fue prolijo, por ejemplo, pidiendo firma o DNI, puede tener que responder ante el cliente”, sostuvieron .
Fuente: Popular
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